jueves, 28 de abril de 2016

"Ladran, Sancho, luego cabalgamos"

Aparte de que no sea una cita del Quijote y por tanto Sancho no pinte nada en ella, no entiendo la premisa de la frase "ladran, luego cabalgamos".
Para que tenga sentido hay que admitir que el Quijote y Sancho están cabalgando, pero de alguna manera no lo saben. Y me pregunto cómo es posible. No parece complicado discernir, por empezar por alguna parte, si tienen o no un caballo debajo, y una vez que han obtenido esa información y están razonablemente seguros de ella, fijarse por ejemplo en si todas las cosas a su alrededor parecen estar moviéndose a la vez.
Pero en fin, sea: es una noche sin estrellas, sus monturas están siendo extremadamente sigilosas, y no tienen ninguna referencia externa con la que guiarse. Son como un árbol en el medio de un bosque que nadie sabe si está caído o no, salvo el gato que oyó el golpe desde dentro de la caja y a la vez no lo oyó en absoluto porque está muerto y el árbol no existe y además Sancho en realidad ni siquiera es Sancho porque esa frase no sale en el libro.
Pero unos ladridos rompen de pronto el silencio infinito de la noche, cogiéndolos desprevenidos y asustando imperceptiblemente a sus caballos. Y solo porque oyen a los perros, con una agilidad mental que francamente llevaba faltándole toda la noche, deduce el Quijote que algo han debido de cabalgar, después de todo.
Interpretar cuando un perro ladra que sólo puede significar que has llegado a caballo a su territorio es aventurado. Mi perro le ladra a los limones de mi finca porque quiere jugar con ellos. Por supuesto, bien pensado, el Quijote es por definición ridículamente optimista, así que lanzarse a conclusiones de ese estilo es propio del personaje.
Y aún dando por bueno su razonamiento, me sigue molestando el problema de que no sepan si se han movido o no. Parece ser imposible detectar su avance de un modo directo y tienen que fiarse de métodos externos, como la opinión de los perros. Esto me hace pensar que su avance ha sido mínimo, que están tan lejos de su objetivo que en realidad poco más da que hayan avanzado o no.
¿Y qué hacen fuera de la posada en medio de la noche? Uno se espera esas insensateces del Quijote, que posiblemente esperaba avanzar leguas y leguas sin darse cuenta, pero ¿por qué Sancho se ha dejado arrastrar, en la noche cerrada, cuando lo más probable es que se pierdan?
De hecho, es posible que el Quijote tenga razón y se hayan movido, pero en la dirección equivocada. Tal vez con la luz de la mañana se den cuenta de que tienen enmendar el rumbo, después de toda la noche sin dormir.
Existe, por supuesto, otra explicación: que en realidad el avance sea lo de menos, y que cuando el Quijote le pidió a Sancho que saliese de su catre y lo siguiera, ya supiese que no llegarían a ninguna parte, que no entenderían si estaban ganando terreno o no, que no había ningún objetivo en el horizonte, y lo único que pretendiese fuera, precisamente, despertar a los perros para dar impresión de movimiento, aunque fuese a costa de engañar a Sancho y cansar inutilmente a los caballos.

martes, 26 de abril de 2016

Zzyzx

Zzyzx fue el sueño de un emprendedor llamado CH Springer, que lo fundó en 1944 y le dedicó 30 años de su vida. Llegó a contar con hotel, spa, estación propia de radio e incluso un lago artificial. Toda esta prosperidad acabó abruptamente cuando se lo arrebató el gobierno federal.
Springer se había dedicado desde su juventud a dar conferencias de ciudad en ciudad, haciéndose pasar por doctor(1) con credenciales inventadas de universidades ficticias, para vender en ellas tónicos y ungüentos. En algún momento se ordenó a si mismo pastor de alguna iglesia imprecisa y comenzó a llamarles sermones en lugar de conferencias, lo cual hacía más fácil pasar el cepillo y pedir donaciones. Además, en calidad de predicador, consiguió un espacio de 4 horas diarias en una cadena de radios evangélicas, que utilizaba para hacerse publicidad.
Pero el hombre quería más. Tenía el sueño de fundar un pueblo balneario, como el Battle Creek de Kellogg (aunque sin mutilaciones genitales infantiles(2), lo cual es un punto a su favor), y lo persiguió con ahínco durante casi doce años. Fundó, con ayuda de sus feligreses, varios balnearios y casas de descanso en Maryland, Iowa y Pennsylvania; desafortunadamente tuvo que acabar cerrándolas, una tras otra, porque tenía la costumbre de no pagar impuestos.
Tras esa serie de fracasos dio un giro radical a su vida y decidió mudarse a California, donde presentó una solicitud al Gobierno por los derechos de explotación minera de una parcela del desierto del Mojave.
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¿Conocéis la metáfora de la montaña de Neil Gaiman?
Cuando estaba comenzando a escribir se dio cuenta, como muchos otros, de que era incapaz de escribir al nivel que se exigía a si mismo; tenía que practicar mucho antes de ser un buen escritor.
Gaiman se convenció de que su objetivo, escribir bien, era como una montaña que veía desde lejos, recortándose en el horizonte, al principio de una larga caminata.
No estaba obligado a darse prisa en llegar, así que se dedicó durante años al periodismo, e incluso escribió un libro sobre un grupo de moda; pero se prometió que mantendría siempre su montaña a la vista, y que solo tomaría las decisiones profesionales que lo acercasen a ella. En algún momento le ofrecieron ser editor de una revista —era un buen trabajo, con un buen sueldo—, pero lo rechazó porque lo que le interesaba era escribir sus propias historias.
Vista desde fuera, la vida de Springer no se parece en nada a ese camino ordenado hacia un objetivo final que aconseja Gaiman. Había sido profesor universitario, médico, predicador, empresario hostelero fracasado; había ido cambiando de ruta, tomando atajos equivocados, pegando bandazos espectaculares por todo el Midwest americano, y ahora tocaba su salto más extraño: minero en California.
El balneario, la montaña soñada al final de su camino, nunca había parecido tan lejana.
Y sin embargo, el principio que lo dirigía era el mismo. Sabía que era capaz de ganarse la vida con su labia y su carisma, y nunca se dejó tentar por la comodidad de la vida burguesa. Nunca había sido doctor ni universitario, y tampoco pretendía ponerse ahora a buscar oro. En cuanto le dieron la concesión se olvidó de la minería, se frotó las manos al ver que le habían cedido el control de una parcela de casi 50 kilómetros cuadrados, y fundó un balneario.
Para construirlo, su iglesia ofreció caritativamente refugio a indigentes de Los Ángeles, a los que enviaba a su campamento en mitad del desierto y les pedía como compensación por su misericordia que ayudasen en las obras. Por tan buena labor, además de mano de obra gratuita, obtuvo exenciones fiscales.
En pocos meses acabó el hotel-balneario, "un retiro espiritual en tierra de Dios" al que llamó Zzyzx para asegurarse de que fuese "the last word on health" en las guías telefónicas(3). Después llegaron la radio, desde la que siguió predicando y anunciando sus productos en shows que llegó a sindicar a 400 radios regionales; las termas falsas —en realidad una piscina con calentadores en el fondo—, la iglesia, el lago artificial y el castillo, en el que modestamente vivió durante 29 años, hasta que al gobierno se empezó a preguntar qué tal le iría con su mina.

REFERENCIAS Y ENLACES
"Make good art", de Neil Gaiman.

(1) En el cartel de una conferencia en 1933, por ejemplo, se presenta como "Curtis Howe Springer M.D., N.D., D.O., Ph.D., honorarily conferred".
(2) Cuentan en Sawbones que Kellogg era un firme defensor de la abstinencia, hasta el punto de haber dejado escrito que "ni la peste, ni la guerra, ni la viruela (...) han sido tan desastrosas para la Humanidad como el pernicioso vicio del onanismo". Uno de los métodos que proponía para evitar el mal de la masturbación era quemar con ácido fénico el clítoris de las niñas.
También era partidario de la eugenesia y la separación de las razas; y de los enemas diarios de yogur, oddly enough.
(3) Esto me recuerda la historia de la familia neoyorquina que lleva 60 años persiguiéndose por la guía telefónica.
Sam y Dave Krasilovsky montaron una empresa de transportes y guardias jurados, "Sam Krasilovsky & Bro.", y contrataron en ella a su sobrino Mike. El negocio les iba bien, pero Mike era ambicioso
: no se conformaba con trabajar para sus tíos y quería entrar en el negocio a las cajas fuertes; en cuanto pudo, se estableció por su cuenta .
En un gesto no muy elegante, al independizarse se cambió el apellido de Krasilovsky con v a Krasilousky con u, de manera que su compañía quedaba justo por delante de la de sus tíos en el listín. El éxito que tuvo con esa maniobra hizo que su primo Milton se animase a montar también su propio negocio, "Transportes 'Mick' Krasilousky"; poco después, los tíos Sam y Dave les tomaron la delantera a ambos al cambiarse  a su vez el apellido a Krasilosky. En este punto, probablemente un tanto frustrado, Krasilousky (Mike, no Mick) decidió poner tierra de por medio y fundó una subsidiaria de su empresa a la que llamó "Atlas-Krasilousky Safe Co"; pero menos de un año después sus tíos habìan creado la "Acme Safe Co., Division of S. Krasilovsky and Bros."no, por cierto "S. Krasilosky", y estaban de nuevo justo por encima de él.
Más tarde llegó una nueva generación de primos a aumentar la competencia y complicar todavía más el asunto. Marvin Krasilovsky fundó la
"AAA Acme-Krasilovsky Safe Company". Su primo Monroe Krasilovsky, hermano de 'Mick' (no Mike) Krasilousky—, que tuvo la lucidez de pensar que los clientes iban a acabar hartándose del crucigrama que habían montado, fundó otra, pero le puso "Empire Safe".
Con el tiempo, todas las empresas nombradas con alguna variante del apellido empezaron a perder dinero, y así que los Krasilovskys fueron poco a poco siguiendo el ejemplo de Monroe y escogiendo marcas comerciales que no mencionasen a la familia.
Aún así, trasteando en Google, he encontrado la "AAA Acme Krasilovsky Safe Co." y la "Krasilovsky Div. of Acme Safe Company". Aparecen listadas en la web de las páginas amarillas con la misma dirección.

lunes, 4 de abril de 2016

Sobre "The marriage plot", de Jeffrey Eugenides

En un momento de "The marriage plot", alguien escucha el inverosímil nombre de uno de los protagonistas, Mitchell Grammaticus, y la primera pregunta que le viene a la cabeza es si es descendiente de griegos.
Es un trozo suelto de diálogo, sin mayor importancia en la trama, pronunciado por un personaje irrelevante; pero lo recuerdo porque al leerlo me pareció un fallo ridículo del escritor que Grammaticus le sonase a su personaje, a primer golpe de oído, como un apellido griego.
Para empezar —merece la pena decirlo— porque no suena ni por asomo a un apellido real; pero en todo caso, entre la "m" doble y la "u" de la sílaba final, Grammaticus no tiene la forma típica de los apellidos griegos.
A lo que que se parece el nombre de Mitchell Grammaticus —protagonista oculto del libro, brújula moral de la historia—, hasta el punto de replicar el patrón de sílabas y acentos, es a otro nombre, este sí claramente griego al primer golpe de oído, al cual supongo que vino a sustituir muy tarde en el proceso de edición, cuando el diálogo en el que tanto chirría ahora estaba consolidado y no había manera de cambiarlo; y está claro una vez que lo piensas y por supuesto que está en todo su derecho de hacerlo, pero es hasta triste que lo haya hecho de una forma chapucera y resulte tan evidente.
A lo que se parece "Mitchell Grammaticus", quiero decir, es a "Jeffrey Eugenides".