sábado, 16 de febrero de 2008

Vila-Matas no debería existir


Vila-Matas no debería existir. Tendría que ser sólo el pseudónimo que utilizase un escritor oculto, o incluso un escritor ficticio inventado en su dietario por un tipógrafo o un relojero.
Pero de vez en cuando, alguien llamado Vila-Matas asoma por la televisión y dice en ella lo mismo que en los libros pero más lento, más torpe, sudando por los focos como si no se hubiese acostumbrado todavía a llevar puesto un cuerpo.
Y sin embargo es él, o por lo menos es alguien que tiene derecho a llamarse Vila-Matas, aunque sólo sea por su mirada de loco y su sonrisa de bebé, y porque sus entrevistas son extrañas y geniales y el verdadero Vila-Matas, si de casualidad se ve a sí mismo en la televisión, sonreirá divertido, como un bebé.

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